Kuba, un joven de 17 años, enfrenta un dilema cuando su padre sale de prisión y lucha por no seguir su controvertido legado como hincha ferviente y problemático.
Aunque intenta forjar su propio camino, se ve atrapado entre la influencia paterna y su amor por el fútbol, que representa para él mucho más que un deporte: es una conexión profunda con la familia y sus raíces.