Zeynap Altin (Naomi Krauss) no está contenta con su vida y por ello está comenzando a perder la paciencia que la caracteriza. Siempre está sola en el trabajo y cuando está con su familia nadie lo aprecia, ya que dan por hecho que es su deber encargarse de todo esto. La situación que colma su paciencia es cuando el enterrador que iba a dar sepultura a su madre, la acaba vistiendo con un traje de hombre en vez de con su vestido favorito. Por ello, Zeynap decide dejarlo todo atrás e irse a una isla croata donde su madre compró en secreto una pequeña casa. Allí conseguirá encontrar un poco de paz.