El actor nominado al Oscar, mejor conocido por su papel del Sr. Miyagi, dejó un registro autobiográfico dolorosamente revelador de su demasiado breve tiempo aquí en la tierra. Trazando su viaje desde estar atado a la cama cuando era niño hasta las luces brillantes y la discriminación en Hollywood. En el fondo, ese artista dulce, generoso y polifacético hervía un ejército de demonios, que ni el alcohol ni las drogas podían enmascarar.