En 1980, Ted Bundy fue condenado a muerte. En los años siguientes, aceptó revelar los detalles de sus crímenes antes de ser ejecutado, pero solo a un hombre. De este modo, el analista del FBI Bill Hagmaier se reunió con el criminal encarcelado con la esperanza de comprender la psicología del asesino en serie y proporcionar un cierre para las familias de la víctima. A medida que Hagmaier se adentra en la mente oscura y retorcida de Bundy, se desarrolla una relación extraña y complicada que ninguno de los dos esperaba.