Calor, hierro, polvo y olor a aceite. Un día de trabajo típico de los reclusos de máxima seguridad resultará fatídico para todos ellos. Encuentran algo extraordinario dentro de una de las máquinas, y una inesperada ola de compasión hace que los prisioneros tomen rehenes y bloqueen la entrada al taller y arriesguen sus vidas, porque a veces el deseo de ser humano es más fuerte que el instinto de supervivencia.